Mi último amigo

Álvaro y Oscar son dos jóvenes que ocupan su tiempo libre buscando tesoros imposibles que otros ya han descubierto. Ahora tienen una pista concreta; y son los primeros. Decididos a correr una aventura en toda regla, profanan una tumba de más de cuarenta años con el objetivo de apoderarse de un anillo oculto durante todo ese tiempo en el dedo de un cadáver. Pero el secreto contenido en la tumba del niño era uno mucho mayor: la causa real de su muerte se ocultó deliberadamente; no fue una enfermedad la que acabó con su vida, sino un asesinato. Dispuestos a revelar la verdad sobre la vida y la muerte de aquel niño, los dos jóvenes viajarán hasta la casa donde vivió los últimos días de su vida, ahora abandonada, y en la que esperan encontrar la información que buscan. Pero la mansión no está deshabitada. Durante más de cuarenta años una persona ha vivido recluida allí. Esa persona sabe lo que pasó, conoce la verdad y está dispuesta a contarla a pesar de que nadie podrá creerle jamás.